Cataluña-21D: el timón del futuro

Las elecciones del 21D en Cataluña se interpretan en clave de plebiscito. Las opciones: el bloque independentista, esto es, el izquierdista Esquerra Republicana (ERC), Junts per Catalunya y los anticapitalistas de la CUP, o un partido que apueste por una mejor integración en España, como el Partido Popular, Ciudadanos, Partido Socialista o Catalunya en Comú Podem.

Los electores hacen fila para entregar su voto junto a una filial de Volkswagen en Barcelona. La fuga de empresas de la región ha marcado los últimos meses. La participación a las 13:00 hora local era del 34,7 por ciento del censo, un 0,4 por ciento inferior a la que se registró en las anteriores elecciones de 2015, celebradas en domingo.

Si algo animó a los votantes independentistas a depositar su voto en la urna el jueves 21 de diciembre es el hecho de que varios de sus líderes estén en prisión. La campaña electoral fue inusual y marcada por las actuaciones de la Justicia española.

El desafío independentista marcó los tradicionales "caganer", figuras típicas que en España adornan los nacimientos todas las navidades. En 2017, hay "caganer" para soberanistas y constitucionalistas.

Las encuestas no auguraban un buen resultado a su partido, Junts per Catalunya, pero los pactos podrían encumbrar de nuevo al destituido expresidente Carles Puigdemont, huido de la Justicia española en Bruselas, de nuevo a la presidencia de Cataluña. O, al menos, a tomar posesión como diputado. En ese caso, se plantea un escenario absolutamente incierto. ¿Será detenido al poner pie en España?

Los que apuestan por una más y mejor integración en España, se decantan en su mayoría por la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas. Su partido es el que más apoyos ha suscitado entre el electorado constitucionalista, lo cual le daba posibilidades de convertirse en la nueva presidenta de Cataluña.

Las turbulencias políticas han golpeado la economía de la región y las consecuencias pueden durar años. Los experimentos con un independentismo improvisado han dañado la imagen de Cataluña en el exterior. Quien tome el timón de mando a partir de ahora tendrá la misión de enderezar el rumbo.