Luchadoras por la igualdad salarial

A lo largo de su carrera, la estrella del tenis estadounidense Billie Jean King ganó doce torneos de Grand Slam en individuales, incluyendo siete veces en Wimbledon (foto). En 1973 amenaza con boicotear el US Open. En aquella época, el premio en metálico para los hombres era ocho veces superior al de las mujeres. La amenaza de King funciona. Por primera vez, se pagan premios en metálico uniformes.

"Wimbledon me ha enviado un mensaje: solo soy un campeón de segunda clase". Así titula Venus Williams su artículo de opinión para el "Times" en 2006. En ese momento, ya había ganado tres veces el torneo de tenis más importante del mundo. En su triunfo de 2005, recibió unos 100.000 euros menos que Roger Federer. En 2007, ambos vuelven a ganar, esta vez recibiendo la misma cantidad de dinero.

En 2011, se convierte con 19 años en la campeona india de squash. Durante los cuatro años siguientes, boicotea los campeonatos nacionales porque el premio en metálico para las mujeres es solo el 40 por ciento de la prima de los hombres. Cuando las primas se igualan en 2016, vuelve a competir, y gana. "No se trataba solo de mí, sino de toda la comunidad del squash femenino", dice Pallikal.

Las jugadoras estadounidenses de hockey sobre hielo también amenazan con un boicot en 2017. Las campeonas del mundo solo quieren defender su título en los Campeonatos del Mundo de Plymouth, en casa, si hay una "remuneración justa". La federación cede. El equipo lo agradeció con otro éxito en la Copa del Mundo y un año después con la victoria olímpica en Pyeongchang (foto).

Cuando Allyson Felix se queda embarazada en 2018, hace público que el patrocinador Nike le ha ofrecido un contrato con un 70 por ciento menos de dinero. "Lo que no estoy dispuesta a aceptar es el statu quo en torno a la maternidad", dice la atleta más laureada en los Juegos Olímpicos. Nike cambia sus normas sobre la licencia por maternidad, pero Félix llevará en el futuro zapatillas de otra marca.

Cuando las futbolistas españolas se ponen en huelga en 2019, la portera del Athletic de Bilbao es una de las portavoces. "Queremos igualdad, igualdad de derechos", escribe Ainhoa Tirapu en The Guardian. Tras 16 meses de negociaciones, las jugadoras consiguieron un convenio colectivo que incluye un salario mínimo anual de 16.000 euros y un permiso de maternidad.

"Es fácil hablar de apoyar a las mujeres, pero hacerlo requiere una perspectiva y una concienciación diferentes", dice la estrella del baloncesto de Los Ángeles Sparks, Nneka Ogwumike. Como directora del sindicato de jugadoras de la WNBA, lucha incansablemente por unos salarios mínimos más altos, contratos de patrocinio y una mayor participación en los ingresos de la liga para las jugadoras.

Desde el año 2000 hasta el final de su carrera en 2015, Portia Modise fue la imagen de la selección nacional de fútbol de Sudáfrica. Con 101 goles, es la goleadora récord de las "Banyana Banyana". "En la época en que era la máxima goleadora del fútbol africano, vivía en una chabola", dice Modise. "Se aprovecharon de mí".

De forma bastante espontánea, la surfista profesional australiana Lucy Small se convierte en activista de la igualdad salarial. Cuando gana una competición de longboard en Sidney en la primavera de 2021 y sostiene el cheque de ganadora en la mano, toma el micrófono y habla de una "victoria agridulce" porque su surf solo vale la mitad que el de los hombres. El vídeo se vuelve viral.

La delantera de la selección nacional de fútbol Alex Morgan (dr) es una de las favoritas del público en Estados Unidos. Sin embargo, en el Mundial de 2015 hay tan poco material para los hinchas que el padre de Morgan paga para imprimir más camisetas. En 2016, Morgan escribe en Cosmopolitan que las mujeres futbolistas merecen "igual salario por igual juego". Es un concepto bastante simple.

Junto a Morgan, Megan Rapinoe impulsa la lucha por la igualdad salarial. Liderada por la "Mejor jugadora del mundo de 2019", la selección estadounidense demanda a la USFF por 66 millones de dólares por discriminación. En febrero de 2022, ambas partes acuerdan la igualdad salarial entre los equipos femeninos y masculinos. "Este es un punto de inflexión para el deporte femenino", dice Rapinoe.